Alquilando una mamá -
Capítulo 126
Capítulo 126:
Al día siguiente, cuando Amanda se despertó, Anthony aún estaba dormido. Lo miró y se levantó sin saludarlo, fue al baño y comenzó a asearse. Estaba por abrir la puerta cuando el hombre abrió los ojos y se levantó rápidamente para alcanzarla.
“¿A dónde vas? ¿Por qué no me despertaste?”
“Voy a desayunar. No te desperté para que descansaras un poco más”.
“Espérame, voy al baño y bajo contigo”. Amanda se sentó en la cama y lo esperó. Tal como se había imaginado, no lo recordaba, por lo que ella se decepcionó mucho.
Al llegar al comedor, desayunaron en la mesa en un silencio total. Amanda terminó su café y fue a la sala de estar, después de mirar a todos uno por uno y pensar cuán extraño era que nadie se acordara.
Fue a sentarse en el sofá con Lucy y la mañana transcurrió muy lentamente. La chica luego fue a tomar sol mientras miraba a su hija jugar en la piscina. El almuerzo fue igual que la comida anterior, nadie hablaba, lo que hizo que se irritara y se pusiera de mal humor.
Subió las escaleras agarrándose del pasamanos y se fue. Anthony la vio subir, y la siguió hasta alcanzarla. Cuando llegó, la abrazó, pero ella se alejó y entró a la habitación para acostarse en la cama.
“¿Qué pasó?”
“Nada, quiero descansar, ¿Me disculpas?”
“No, quiero saber por qué te comportas así conmigo”.
“Por nada, Anthony, solo quiero dormir”.
Ella se dio la vuelta, así que él no dijo nada más y se fue del cuarto para dejarla descansar. La chica se quedó llorando hasta quedarse sin fuerzas y se durmió. Cerca del anochecer, Amanda se despertó y empezó a prepararse para salir. De pronto, Anthony entró a la habitación y la encontró arreglada.
“¿A dónde crees que vas?” le preguntó.
“Voy a salir, no quiero quedarme aquí”.
“No, Amanda. ¿Qué quieres decir con que te vas así de pronto y sin avisar? Si me vieras vistiéndome y saliendo sin dar explicación alguna, ¿Te parecería bien?”
“Eso no tiene nada que ver”.
“Vamos a la sala”.
“No”.
“Amor, vamos”.
“No pienso ir”. No cambiaba de opinión.
“Por favor, ¿Puedes parar con el drama y venir conmigo?”
“¡Basta, Anthony! ¡Déjame en paz!” gritó. Abrió la puerta totalmente enojada. Anthony respiró hondo y fue tras ella.
“Espera, amor, no puedes bajar tan rápido”.
“¡Deja de intentar detenerme!” gritó desde la escalera. “¡No soy una niña!”
“Deja de gritarme, solo quiero que vayas despacio”.
“¡No me interesa! Querías que bajara, ¿No? ¡Pues eso hago!”
“Detente, amor. No puedes tratarme así, no te hice nada”. La tomó del brazo para que siguiera bajando.
“¡Sí que lo hiciste! ¡Y no solo tú, sino todos!” habló mientras caminaba de espaldas.
“¡¿Cómo crees que puedo estar?!” No paraba de gritar y, de pronto, vio que estaban todos en la sala y que habían colocado algunos adornos por su cumpleaños.
Entonces, bajó el tono, ya llorando, y los miró arrepentida, emocionada y sorprendida a la vez. No se lo esperaba. Se volteó hacia Anthony y lo abrazo.
“Lo siento, lo siento mucho. Creí que todos se habían olvidado de mi cumpleaños y estaba molesta. Discúlpenme”.
“Nunca nos olvidaríamos” dijo él.
“Perdón por haber reaccionado así”.
“No te preocupes, te amo, feliz cumpleaños, mi princesa. Que celebres esta fecha por muchos años más y que yo esté a tu lado amándote y compartiendo tu felicidad. Estoy muy agradecido por tu vida y por poder estar a tu lado.
“Muchas gracias, también espero que estemos juntos por siempre, te amo y me haces muy feliz”.
“Felicidades, amiga, te quiero mucho. Perdón por hacerte enojar, era necesario” dijo Cindy.
“Te amo, gracias”.
“Felicidades, querida, eres como una hija para mí. Que Dios te bendiga y te conceda muchos años más. Te amamos y estamos felices de tenerte en nuestras vidas” dijo Sabrina.
“Gracias, muchas gracias por preocuparse por mí, de verdad la aprecio mucho”.
“Felicidades, querida, te deseo mucha salud y felicidad. Que seas siempre feliz” dijo Geoffrey.
“Gracias, suegro”.
“Cuñada, felicidades. Espero que tengas todo lo mejor en la vida, eres increíble. Ojalá tengas siempre buena salud y felicidad. Cuenta conmigo para lo que necesites” la saludó Ken.
“Muchas gracias, cuñado, tú también cuenta conmigo. Estoy feliz de haberte conocido y de tenerte en mi vida” respondió ella.
“Mamá, feliz cumpleaños. Te traje este regalo” dijo Lucy entrando en la sala con una caja en las manos. Te amo mucho. Eres la mejor mamá del mundo”.
“Cielos, te quiero mucho, mi amor. Tú eres la mejor hija y la más hermosa. Gracias por ser tan maravillosa, te amo tanto” dijo emocionada.
“Ábrelo” le pidió la niña.
Amanda tomó el paquete y se sorprendió al ver lo que contenía: un vestido, joyas y fotografías de los tres juntos en el aniversario de bodas de los padres de Anthony. Amanda estaba encantada con el regalo y abrazó a su hija, luego se acercó a Anthony y lo besó.
“¿Te gustó?” preguntó él.
“¿Y todavía preguntas? Me encantó, muchas gracias”.
“Ahora vamos a disfrutar tu fiesta”. Se acercaron a la mesa y ella se detuvo a mirar cada detalle, emocionándose aún más.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar