A tu lado
Capítulo 25

Capítulo 25:

«¿Quién diablos te crees que eres?»

Le espeté.

Me miró a los ojos, estaba claro que no le gustaba que lo regañara, aunque podía sentir un destello de diversión.

«¿Qué hacías bailando con él de todos modos?»

«Luciano»

«Oh, por supuesto que lo hizo. Pendejo»

Dijo Dimitri.

«No terminé mi maldita oración. No me interrumpas»

Le dije antes de empujar mis brazos hacia afuera en un intento de apartarlo.

Claramente, no funciona cuando me tiró del brazo hacia una habitación.

El baño para ser más precisos.

«Dimitri»

Rodando los ojos y cruzando los brazos mientras cerraba y cerraba la puerta.

¿Qué demonios está haciendo?

«¡No!»

Rugió.

Colocando su mano alrededor de mi cuello.

Empujando aún más mi cuerpo contra la pared, me besó.

«Te quiero … ahora»

Comenzó a besarme el cuello y mis rodillas estaban débiles por él.

«Eres un idiota»

G$mí.

«Cállate la p%ta boca bebé»

Sus labios atacaron los míos, lo que me impidió tomar represalias.

De pronto, me quitó el vestido.

Mirando sus ojos sobre mi cuerpo.

«¿Qué pasó aquí?»

Miré hacia abajo para ver un corte en mi pierna.

Ni siquiera lo había notado cuando peleé con ese tipo.

Pero, de nuevo, apenas se notaba.

Le ayudé a quitarse los pantalones mientras gruñía:

«Contéstame cuando…»

Ataqué sus labios y murmuré:

«¿Quién tiene que callarse ahora?».

Gruñó en mi oído y todo lo que pude pensar fue un fanático del Control.

Arrancó mi ropa interior y sacó su yo erecto.

Lo miré por un segundo.

Con incredulidad de que esto estuviera en mí antes.

Me puso un c%ndón y me levantó de modo que me sentara en la encimera.

Sin previo aviso, se deslizó dentro de mí sin problemas.

Jadeé por la rapidez, pero comencé a mover las caderas.

«A la m!erda, esta apretado»

Agarró mi pecho mientras g$mía de placer.

Lo único que pasaba por mi mente era cómo quería escucharlo g$mir más.

El sonido era música para mis oídos.

«Ahh… Dimitri»

G$mí.

«Sigue, nena».

Mi mano se movió a su cabello.

Agarrándolo y tirando de él.

Sentí que mi clímax se aceleraba.

Tomó mi cintura y empujó mi espalda contra la pared.

Su empuje se volvió más rápido y más duro.

«Estoy tan…»

De repente lo sentí dentro de mí.

Unos segundos después me corrí y él salió de mí.

«¿Te cansé princesa?»

Preguntó con una sonrisa maliciosa.

Arreglé mi atuendo y respondí.

«Me debes ropa interior nueva».

.

.

.

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