A tu lado -
Capítulo 11
Capítulo 11:
Las mujeres a mi lado hablaron suavemente en un susurro.
Me volví para mirarla.
«Sí».
«¿Cómo conoces a Gia?»
Preguntó la mujer.
«Fuimos juntos a la escuela secundaria. ¿Y tú?»
«Mi primo»
«La Navidad debe ser una maravilla»
Comenté con una sonrisa maliciosa.
«No tienes idea»
Las mujeres se rieron entre dientes.
«¿Cómo te llamas querida?»
«¿Arabella y tú?»
«Puedes llamarme Serena.»
Nos dimos la mano mientras enviábamos una suave sonrisa hasta que Luciano se río disimuladamente.
«¿Arabella? ¿Es ese realmente tu nombre?»
«Silencio Luciano»
Le dijo Serena en respuesta.
«Sólo quería decirle que alguien vino aquí por ella».
Serena simplemente lo ignoró, pero mantuve mis ojos en Luciano.
Movió sus ojos a la parte de atrás de mí y giré mi cabeza en busca de lo que estaba mirando.
Al instante, mis ojos lo vieron: el hombre con el que tuve una aventura de una noche.
«¿Dimitri?»
Escuché murmurar a Sienna.
Ella se levantó de su asiento y caminó hacia él.
Lo miré con los ojos muy abiertos mientras miraba alrededor de la habitación mientras Sienna le hablaba.
Finalmente, nuestros ojos hicieron contacto, lo que me hizo recordar la forma en que me tenía en el escritorio esa noche.
Sintiéndome nerviosa, miré a mi madre y le dije: «Regresaré».
«Date prisa en volver»
Susurró.
Dicho esto, me levanté de mi asiento y corrí hasta el baño de mujeres.
Luciano claramente lo llamó.
G$mí ante mi propio pensamiento.
Me miré al espejo tratando de prepararme mentalmente para lo que posiblemente podría decirle.
Este es un espectáculo de m!erda…
La puerta del baño se abrió y entró Dimitri.
Mis ojos se abrieron y me burlé.
«No estoy segura si lo notaste, pero este es el baño de mujeres, así que vete».
«Amor»
Caminó con paso firme hacia mí y me encontré retrocediendo contra una pared.
«Me mentiste».
Exhalé pesadamente, sin saber que lo había estado conteniendo.
«¿Tu punto?»
«Ahora que te encontré, Arabella, no voy a dejarte ir».
Suavemente pone su mano alrededor de mi cuello mientras levanta los extremos de mi vestido.
Suavemente deslizó su mano por mi muslo y aterrizó encima de mi ropa interior.
«¿Mojada para mí?»
Preguntó en un susurro profundo.
Sentí mi cuerpo temblar ante su voz.
«Déjame ir»
Tartamudeé.
¡Tartamudeé! ¡¿Por qué tartamudeé?!
¿Me está tomando el pelo?
«¿Es eso lo que quieres?»,
Movió su mano que estaba en mi cuello hasta mi trasero y lo apretó.
G$mí en voz baja en su oído mientras dejaba pequeños besos en mi cuello.
Dándome cuenta rápidamente del control que tiene sobre mí, lo aparté.
Pareció sorprendido por mi reacción, pero rápidamente se recompuso sonriendo.
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