30 días para enamorarse
Capítulo 1110

Capítulo 1110:

El Señor Fraser se sonrojó, sin saber qué responder.

Dijo con firmeza: «No, tenemos que esperar hasta que…”.

«¡Ay, cómo duele!» gritó Phoebe, con lágrimas en los ojos.

Stanford se quedó desconcertado. Enseguida se levantó para mirarla con preocupación: «¿Se te ha abierto la herida?”.

Phoebe respondió con desdicha: «Me duele el corazón, y la herida me duele con más intensidad, como si estuviera a punto de abrirse”.

Stanford guardó silencio. Temía que cualquier otra acción de ella le abriera la herida.

La expresión de agonía de su rostro le hizo sentir como si una piedra le oprimiera el corazón. Sus principios se derrumbaron de repente.

Entonces dijo apresuradamente: «No te molestes. Puedes hacer lo que quieras cuando te recuperes.

«¿De verdad?»

El dolor fue eliminado inmediatamente de ella por las palabras. Rápidamente le cogió la mano y se la besó.

«Señor Fraser, usted es tan considerado. Te quiero mucho”.

Otra oleada de rubor subió a la cara de Stanford.

Ahora mismo, Victoria Wilson estaba de pie en la puerta, bastante sorprendida por lo que veía.

No podía creer que aquel chico tan guapo con la cara radiante fuera su hijo.

En el pasado, parecía no interesarle ninguna mujer por mucho que le abordaran. Pero ahora se arrodillaba a los pies de Phoebe como si ella le hubiera gastado una broma.

Quizá era la chica destinada a Stanford.

Ante esto, Victoria se sintió bastante reconfortada.

Encantada, abrió la puerta y entró con elegancia.

«¿Ya les han despertado? Les he traído el desayuno. ¿No tienen hambre? ¿Desayunamos juntos?»

Dándose el gusto de coquetear con Stanford, a Phoebe le sorprendió la aparición de Victoria Wilson. Su rostro enrojeció.

Sería muy embarazoso que hubiera visto lo que Phoebe había hecho. Así que Phoebe se apresuró a sentarse y saludó: «Señora Fraser”.

Pero Stanford reaccionó aún más rápido para levantarla con sus manos, susurrando en voz baja: «Ten cuidado. No te hagas daño en la herida”.

Ahora Phoebe no tenía tiempo para preocuparse por su herida. Sentía tanta lástima por Victoria que aún tenía la cara cubierta de rubor.

Sabía claramente que Stanford era un hombre algo rígido que siempre mantenía la distancia social con las chicas y se negaba a tocar a ninguna chica antes del matrimonio, y mucho menos a acostarse juntos o tener relaciones se%uales.

Por eso Phoebe disfrutaba coqueteando con él y viendo cómo se avergonzaba. Era muy amable por su parte comprenderla paso a paso y aceptarla.

Pero ella no podía comportarse de forma caprichosa delante de nadie que no fuera Stanford.

Además, Stanford podría haber crecido como un hombre tradicional bajo el cultivo de Victoria Wilson. Si era tan rígida y tradicional como Stanford, podría ser incapaz de aceptar el hecho de que Stanford se acostara con ella antes del matrimonio.

Aunque en su rostro no podía leerse ningún atisbo de descontento, era posible que estuviera bastante insatisfecha con su secreto.

Estaba decidida a casarse con Stanford para no ser detestada por su suegra en el futuro.

Aunque Phoebe tenía ganas de llorar, tuvo que mantener la compostura.

«Phoebe, ¿Por qué estás sentada tan erguida? Será mejor que te tumbes para que tu herida se recupere antes”.

Victoria se acercó a la cama y apoyó suavemente el hombro de Phoebe en la almohada.

Una sonrisa amable y satisfecha se dibujó en su rostro.

«Estoy esperando a que te recuperes para que puedas dar a luz al bebé de mi hijo tonto lo antes posible”.

Al oír eso, Phoebe se sintió sumamente incómoda. ¡Victoria había oído lo que había dicho! ¡Qué vergüenza!

La cara de Stanford cambió un poco. Miró fijamente a su madre, sin saber por qué había dicho eso. Era vergonzoso.

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Nota de Tac-K: Listos los capítulos por hoy lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (ɔO‿=)ɔ ♥

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